Comencemos por la selección y corte de la madera, una fase crucial en la fabricación de barricas de roble para vino.
Selección y Corte de la Madera:
El proceso comienza con la cuidadosa elección de la madera, una decisión que impactará directamente en las características organolépticas del vino. Dos de las especies de roble más utilizadas en este proceso son el roble francés (Quercus robur) y el roble americano (Quercus alba). Cada especie aporta sabores y aromas distintivos al vino.
Los árboles seleccionados son cortados en un periodo específico del año, generalmente durante los meses de invierno cuando la savia se encuentra en reposo. Esto minimiza el contenido de humedad en la madera y facilita su secado posterior.
Secado de la Madera:
Una vez cortadas, las duelas de roble se someten a un proceso de secado que puede llevar varios años. El secado es esencial para reducir el contenido de humedad y estabilizar la madera, evitando deformaciones en las duelas durante la fabricación de la barrica. Este paso es crucial para garantizar la longevidad y la calidad del recipiente final.
El secado puede realizarse de dos maneras principales: secado al aire libre y secado en horno. El secado al aire libre es un proceso más lento y natural, permitiendo que la madera se seque gradualmente con la ayuda del viento y el sol. Por otro lado, el secado en horno es un proceso más rápido y controlado, donde las duelas se colocan en hornos especiales para acelerar el proceso de secado.
Fabricación de las Barricas:
Una vez que las duelas de roble están secas, comienza la fase de ensamblaje para crear la estructura de la barrica. Las duelas se seleccionan y clasifican cuidadosamente según su forma y calidad. Tradicionalmente, las barricas se ensamblan utilizando aros de metal que se ajustan alrededor de las duelas, creando la forma característica del barril.
El siguiente paso es el tostado de la barrica, un proceso que tiene un impacto significativo en el perfil de sabor del vino. Durante el tostado, las barricas se colocan sobre fuego abierto o en hornos especiales, lo que provoca la liberación de compuestos aromáticos y sabores en la madera. Este paso puede variar en intensidad, desde un tostado ligero hasta uno más pronunciado, y contribuye con notas de vainilla, especias y tostado al vino.
Ensamblaje Final y Sellado:
Una vez tostadas, las barricas se someten a un último proceso de revisión y ajuste. Se asegura que la estructura esté firme y que no haya fugas. El último paso es el sellado de las barricas, que puede involucrar el uso de arpilleras y cera. Este sellado es crucial para permitir una interacción controlada entre la madera y el vino, ya que la barrica respira durante el proceso de envejecimiento.
En resumen, la fabricación de barricas de roble para vino es un proceso artesanal que combina la selección cuidadosa de la madera, el secado preciso, la construcción meticulosa y el tostado estratégico. Cada etapa contribuye a la calidad y complejidad del vino final, convirtiendo a las barricas en un elemento esencial en el arte de la vinificación.
Bodega Ramón Ramos S.L. ha sido beneficiaria del Fondo Europeo de Desarrollo Regional cuyo objetivo es mejorar la competitividad de las Pymes y gracias al cual ha puesto en marcha un Plan de Marketing Digital Internacional con el objetivo de mejorar su posicionamiento online en mercados exteriores durante el año 2017. Para ello ha contado con el apoyo del Programa XPANDE DIGITAL de la Cámara de Comercio de Zamora.